¿Cómo gestionar la disonancia cognitiva que produce consumir?
Cuando el consumo no era problemático, la libertad de poder elegir qué consumir no llevaba aparejada ningún inconveniente. Ahora que sí lo es, al consumidor le cuesta -cada vez más- negar la responsabilidad individual asociada a cada decisión.
Esa toma de conciencia de la responsabilidad insta al consumidor a tener que gestionar una contradicción que se hace consciente: quiero seguir consumiendo (disfrutando) --> pero sin la sensación aparejada de culpa.
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“Creo en la libertad de elegir. Tengo el coche que quiero tener y voy a seguir usándolo”
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“Sé que debería, pero no es mi prioridad, bastante tengo ya”
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“Doy 2€ de propina al rider de Deliveroo”
“Compenso la huella de carbono al viajar” -
“ Serán lo que sean, pero Amazon o Deliveroo me vienen muy bien”
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“Me preocupa el cambio climático, pero no hago nada.”
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“Compro a granel, uso vehículos no contaminantes y compro moda ecológica”
¿Cómo pueden ayudar las marcas?
Cruce los perfiles de sus clientes en relación al impacto de los criterios morales en el consumo, con un entendimiento detallado de la vivencia de “tensión” que puede estar experimentando cada consumidor, y con las estrategias cognitivas que está aplicando cada perfil (ocultación, distanciamiento,...) para gestionar su malestar.
Para identificar los facilitadores/desencadenantes del cambio comportamental: así las marcas podrán operar como aliadas de los perfiles con “exigencia moral” pero escasa propensión al cambio.